miércoles, 15 de octubre de 2014

El Arbol

Buenos días.

Hoy quiero compartiros un hermoso relato para reflexionar acerca de como somos y como nos ven los demás. Se trata de una historia del mediático  Farid de Alba.
Es un mal muy generalizado entre nosotros tener mala autoestima. Pero este mal vicio no nos hace ningún favor, sino que nos condiciona o nos limita nuestro desarrollo.

Si queremos llegar a conseguir algo el primer paso es claramente sabernos capaces de ello y con frecuencia necesitamos que alguien nos recuerde lo que valemos.

Por eso esta entrada del blog está dedicada muy especialmente a quienes en los momentos que más lo necesitaba me hicisteis saber que soy muy importante al menos para alguien porque tener un sentido por el que vivir es lo máximo que uno puede pedir.


El Árbol que no valía para nada

Hace mucho tiempo había un señor muy rico que vivía cerca del desierto. Tenía casas y mansiones pero todas estaban cerca del desierto, entonces después de haber hecho mucho dinero un día dijo: "Quiero algo nuevo, algo diferente" Y empezó a buscar algo diferente para construir una nueva casa, un nuevo estilo de vida.
Comenzó a viajar y a ver campos y lugares nuevos. Pasado un tiempo no encontraba lo que quería hasta que un día llegó a un campo muy bonito donde no había apenas arboles. Había sol y paso pero solo había dos árboles pero estos dos arboles eran muy peculiares porque eran muy, muy altos. La diferencia entre estos dos arboles, a pesar de estar juntos y ser igual de altos, era que uno era grueso y muy frondoso, tenía muchas ramas y no dejaba pasar el sol, el viento ni el agua y el otro en cambio tenía menos ramas y era mas delgado. 
Después de mucho pensarlo decidió que allí sería donde construiría su nueva casa, donde viviría, donde descansar y disfrutar de la tranquilidad.

Comenzó a hacer sus planes para construir la casa. Un día mientras paseaba junto a los dos árboles, éstos se dieron cuenta de lo que planificaba.

En ese momento el árbol mas delgado empezó a sentirse mal. Se decía: " Ya me imagino lo que va a pasar... Seguro que va a construir su casa junto a él porque yo no tengo ramas , no lo puedo proteger de los rayos del sol ni de la lluvia ni del viento".

Parecía que iba a encoger de tanto que bajaba su autoestima. Se decía: "Yo siempre he sido feo y no sirvo para nada..."

Unos días después el Señor empezó a construir su casa empezando por hacer un bellísimo jardín.
Efectivamente colocó su casa del lado del árbol frondoso que le daba bastante sombra y la protegía de  la lluvia y el viento.

Pasado el  tiempo salió el Señor a pasear y disfrutar de la naturaleza y  al ver que el árbol con menos ramas estaba triste le dice:

-  ¿ Amigo, que te sucede?
-  Te voy a ser honesto. Siempre he sentido que soy muy feo y no sirvo para nada y tu viniste a reafirmar mi pensamiento porque nos dimos cuenta de que cuando llegaste estuviste dudando donde  situar la casa y al final elegiste ponerla junto  a él por ser más frondoso, mas grande y mas fuerte y que te iba a proteger mejor de lo que yo podía haberlo hecho y me da tristeza saber que yo soy inferior a mi amigo. No le tengo envidia, no me siento mal, me alegro por él pero me siento mal por mí mismo.

El Señor, al escuchar esto, le dice:
- Amigo, tú no sabes de qué estas hablando. Yo tengo muchísimo dinero, no vine a este lugar a buscar sombra. Yo vengo del desierto donde tengo muchas casas y mansiones, pero el problema es que me encantan los jardines y allí no puedo tener jardines. No sé si te has dado cuenta de este bello jardín que está ante ti.
- Si. Lo he visto.
- Yo no estoy aquí por tu amigo. Si hubiera querido un bosque lleno de arboles para estar metido en la sombra me lo hubiera podido comprar y estar en medio del bosque siempre a la sombra.... pero me vine aquí para poder tener este bello jardín y tú eres quien me está dando la oportunidad de tener ese bello jardín. No quiero hacer de menos a tu amigo porque me protege la casa pero yo para tener mi jardín necesitaba algo muy balanceado, necesitaba la cantidad correcta de viento, de agua y de sol.
Eres perfecto. Yo estoy en este lugar por ti, amigo. Tu me das el ambiente perfecto para poder construir un hermoso jardín. Tengo flores muy costosas y bellas pero sobretodo muy delicadas. La forma en la que tu estás hecho hace que pasen suficientes rayos de luz para alimentarlas, pero no para quemarlas, tu permites que atraviese la cantidad correcta de agua para alimentarlas sin que se ahoguen. Si tú no estuvieras ahí, tal vez se hubieran muerto. Tu permites que pase la cantidad correcta de brisa, porque el viento fuerte puede acabar con ellas.

Las características que ves como defectos, yo las veo como cualidades. Si no estuvierais vosotros dos aquí haciendo tan buen equipo yo no podría tener mi casa y mi jardín.  



El Árbol que no valía para nada
https://www.youtube.com/watch?v=bF6v1P7huA0

Espero que os guste. Hasta Mañana

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