martes, 14 de octubre de 2014

Martes con mi viejo profesor: El Amor

Buenos días.

Hoy seguimos con ese proyecto que os conté la pasada semana de resumiros en mi entrada de los martes esos encuentros del libro que tengo entre manos. Es impresionante lo que se puede transmitir en una sola conversación. Esta conversación analiza cual es la base del Amor y la comunicación interpersonal. A mi me encantó por eso os la comparto por si os puede ayudar a reflexionar un poco.


"Pensé en la primera tesina que habíamos preparado juntos, en la universidad. Había sido idea de Morrie, por supuesto. Me había dicho que yo tenía la preparación suficiente para preparar una tesina, cosa que yo no me había planteado nunca.
 
Y aquí estábamos, haciendo lo mismo una vez mas. Empezando por una idea. Un moribundo habla a  un vivo, le dice lo Esta vez yo tenía menos prisa por terminar.
 
- Ayer me hicieron una pregunta interesante- dijo Morrie, mirando por encima de mi hombro un tapiz que estaba a mi espalda, hecho de retazos con mensajes llenos de esperanza  que sus amigos le habían cosido cuando cumplió setenta años.
Cada retazo del tapiz contenía un mensaje diferente: AGUANTA HASTA LA META; LO MEJOR ESTÁ POR LLEGAR; ¡ MORRIE, SIEMPRE EL NÚMERO 1 EN SALUD MENTAL!

- ¿Qué pregunta es esa? - le pregunté.
- Si me preocupaba que me olvidasen tras mi muerte.
-¿ Y bien? ¿Te preocupa?
- Creo que se han  que no me preocupará. Tengo a muchas personas que se han relacionado conmigo
de maneras estrechas, intimas. Y el amor es lo que te hace seguir vivo, aún después de que te hayas ido.
- Parece la letra de una canción: " El amor es lo que te hace seguir vivo".
- Puede ser. Pero, Mitch, ¿ Y todo lo que estamos hablando? ¿No oyes a veces mi voz cuando estás en tu casa ? ¿ Cuando estas solo? ¿ En el avión, quizá? ¿ En tu coche, quizá?
- Sí - reconocí.
- Entonces, no me olvidarás cuando me haya ido. Piensa en mi voz, y yo estaré allí.
- Que piense en tu voz.
- Y si quieres llorar un poco. está bien.

Morrie había querido hacerme llorar desde que yo era estudiante de primer año.
- Uno de estos días te voy a impresionar - me decía.
- Sí, Sí. - respondía yo.

- Ya he decidido lo que quiero que escriban en mi lápida - me dijo.
- No quiero hablar de lápidas.
-¿ Por qué? ¿Te ponen nervioso?
Me encogí de hombros.
- Podemos olvidarlo.
- No, no, sigue hablando. ¿Qué has decidido?
Morrie chascó los labios.
- Había pensado en esto: " Maestro hasta el fin".
Esperó a que yo lo asimilara.
- Maestro hasta el fin.
- ¿Es bueno? - me preguntó.
-  Sí - dije yo - Muy bueno.
......................
- Creo en estar plenamente - dijo Morrie-. Esto significa que debes estar con la persona con la que estás. Ahora que estoy hablando contigo, Mitch, intento centrarme sólo en lo que está pasando entre los dos. No pienso en algo que dijéramos la semana pasada. No pienso en lo que voy a hacer este viernes. No pienso en hacer otro programa con Koppel ni en la medicación que estoy tomando.

" Estoy hablando contigo. Estoy pensando en ti"   

Una parte  del problema, Mitch, es la prisa que tiene todo el mundo - dijo Morrie-. Las personas no han encontrado sentido a sus vidas, por eso corren constantemente buscándolo. Piensan en el próximo coche, en la próxima casa, en el próximo trabajo. Y después descubren que esas cosas también están vacías, y siguen corriendo.
- Cuando empiezas a correr, es difícil ir más despacio- dije yo.
- No es tan difícil- dijo él, sacudiendo la cabeza-. ¿Sabes lo que hago yo? Cuando alguien quería pasar delante de mí en la carretera (Cuando yo podía conducir), levantaba la mano....
Intentó hacerlo, pero la mano se levantó débilmente, sólo un palmo.

-.... levantaba la mano, como si fuera a hacer un gesto negativo, pero entonces les saludaba con la mano y sonreía. En vez de hacerles un corte de mangas, les dejas pasar y les sonríes.

"Y ¿Sabes una cosa? Muchas veces me devolvían la sonrisa.

" La verdad es que no me hace falta ir con tanta prisa con mi coche. Prefiero dedicar mi energía a la gente.

Hacía esto mejor que nadie que yo hubiera conocido nunca.

Los que se sentaban a su lado veían que se les humedecían los ojos de algo terrible o que les chispeaban de placer cuando le contaban un chiste francamente malo.

Siempre estaba dispuesto a manifestar abiertamente la emoción que tanto solía faltarnos a los de mi generación del baby boom. Se nos da de maravilla la charla intrascendente: " ¿ A qué te dedicas? ¿Donde vives? " Pero; ¿ Cuantas veces escuchamos actualmente de verdad a una persona - sin intentar venderle algo, ni ligártela, ni ganártela, ni conseguir a cambio algún tipo de reconocimiento social? Creo que muchas personas que visitaron a Morrie en los últimos meses de su vida se animaron a venir no por la atención que querían prestarle a él sino por la atención que él les prestaba a ellas.

A pesar de su dolor y de su deterioro personal, aquel viejecillo les escuchaba como siempre habían querido que les escuchara alguien.

Le dije que era el padre que todos quisieran haber tenido.

- Bueno - dijo él- tengo alguna experiencia."

Espero que os guste. Hasta mañana

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