miércoles, 23 de julio de 2014

Grandes maestros invisibles


Buenos días. En la entrada de hoy quiero que reflexionéis conmigo acerca de las oportunidades perdidas.

No caes en la cuenta hasta que un día las aprovechas y te arrepientes de haber dejado pasar las anteriores.

Seguramente todos sabéis a la sensación que me refiero, la que tenemos cuando pierdes un padre, una madre, un amigo....

Esa sensación es la que sientes cuando un buen día descubres la profundidad y belleza de una persona que siempre estuvo allí y te recriminas a ti mismo por haber perdido tantas ocasiones de estar con alguien que de verdad es un maestro invisible.

Así me sentí ayer, cuando conocí a mi maestro de un interesantísimo curso que me permitirá evolucionar hacia mi sueño de desarrollar mi potencial creativo.

Para reflexionar acerca de aquellos que se encuentran en tu camino y quizás nunca nos hemos tomado el tiempo de conocerlos.... os comparto la letra de esta canción del gran poeta de nuestro siglo NACH.

 El Hombre Que Siempre Estuvo Allí

        Es una historia que escribí sobre alguien,
de quien aprendí el verdadero valor del tesoro mas preciado que poseo,
mi tesoro de estar vivo.
Esta va por mi colega Mario,
un homenaje a su memoria y a su vida,
un hombre anónimo como otros tantos,
lo veras pasar por la próxima avenida.

Aquella tarde en Junio hacia un sol asfixiante,
andaba solo y distante, nada interesante,
de repente vi aquel hombre perdido y sin dirección,
espíritu solitario ayudado por un bastón.
Perdona soy ciego y creo que me he perdido,
tranquilo amigo, le dije, dime adonde vas que voy contigo,
se mostraba amable como en un juego,
recuerdo que me conto un buen chiste sobre un hombre ciego.
Me pillo de camino y le acompañe a su barrio,
me llamo Mario, voy por tu calle a diario,
trabajo por aquí cerca, mi hermano me trae en su moto,
al edificio de la ONCE ahí en Federico Soto.
Nuestro encuentro llevo a otro, la amistad surgió temprano,
quedamos algunas tardes de aquel cálido verano,
entre cafés y tertulias me hablo de su esposa hijas,
las describía, sonreía y besaba su sortija.
Dijo que con la edad de Jesucristo en la cruz,
sintió disipar su vista pero jamás su inquietud,
su orientación una lección, su humor una bendición,
la erótica Sharon Stone luce en su imaginación.
Dentro de otra dimensión por una enfermedad extraña,
jugo sus cartas y hoy sin mas se las apaña,
sin la suerte de otros, el temor que mas le daña,
haber olvidado el rostro de aquellos que le acompañan.
Mario superhéroe anónimo al que nadie mira,
la gente cruza su paso y por no molestar le esquivan,
caminara seguro hasta que su alma se complete,
le veras pastar y caerás en la cuenta de que.

Así es como la vida enseña,
miro mis problemas, mira tus problemas, que alma es grande, ¿cuál pequeña?,
el destino utiliza las maneras mas extrañas,
nos concede un futuro pero luego nos engaña.
Cuando menos lo esperas puede sucederte algo,
truncar tu rumbo, cambiar tus actos,
el arte de adaptarte y vivir, una lección que aprendí,
cuando conocí al hombre que siempre estuvo allí.
 
El Hombre Que Siempre Estuvo Allí
 
 
Espero que os guste. Hasta mañana

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