jueves, 26 de febrero de 2015

Octavio Paz



Buenos días.

Hoy os propongo acercarnos a la obra de otro de los grandes exponentes de la poesía en Español:


Octavio Paz  nacido el 31 de marzo de 1914, durante la Revolución mexicana.
Vivió en Estados Unidos  entre 1916 y 1920. Después regresó a México con su padre.

Octavio Paz realizó sus estudios en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En 1937 viajó a Yucatán como miembro de las misiones educativas del general Lázaro Cárdenas en una escuela para hijos de obreros y campesinos de Mérida. Ahí comenzó a escribir Entre la piedra y la flor (1941, revisado en 1976), poema sobre la dramática explotación del campo y el campesino yucateco.

En  España participó en 1938 como cofundador en la revista literaria Taller, en la que escribió hasta 1941.

Obra:

El laberinto de la soledad, un innovador ensayo antropológico sobre los pensamientos y la identidad mexicanos.

En 1954, tuvo «una participación muy estrecha en la fundación de la Revista Mexicana de Literatura", influenciada "políticamente con la idea de la llamada 'tercera vía', que significaba ni con la izquierda, ni con la derecha. Esta idea venía de París, con León Blum.


En 1955 contribuyó en la Revista Mexicana de Literatura y en El Corno Emplumado.[9] En 1956, participó en Poesía en voz alta.

El 19 de abril de 1998 Octavio Paz murió en la Ciudad de México.




      Árbol quiero entre nubes.

    Aquel joven soldado
    Era sonriente y tímido y erguido
    Como un joven durazno.
    El vello de su rostro se doraba
    Con el rubor de los duraznos
    Al amarillo sol de mediodía.
    Sus ademanes eran
    Como los ademanes del durazno
    Cuando el viento lo mueve, en la colina.
    Si sonreía era su sonrisa
    Un imprevisto florecer durazno.
    Una ráfaga a veces lo nublaba
    Y entonces, serio, ensimismado,
    Era un durazno al aire, deshojado.
    Jugaba con los niños, en la tarde,
    Con un fervor nostálgico, lejano,
    Con la misma ternura de la ola
    Que se aleja volviendo la cabeza.
    Un viento melancólico barría
    Nubes en flor, apenas nubes,
    Y en el jardín volaban hojas
    ¡Oh despeinada primavera!
    Árbol quieto entre nubes, hojas, niños,
    Se preguntaba aquel soldado:
    ¿Es nube todo, todo es hoja, viento?
    ¿Los familiares árboles son nubes?
    ¿Esta rama que toco, esta corteza,
    Estos niños son nubes? ¿Nube el sueño
    Y la muchacha aquella y su perfume,
    Fantasma de la carne, nube, espuma
    Apenas sostenida por el viento?
    Y se alejó, callada nube negra.


    https://www.youtube.com/watch?v=k_IjT7RxXds


    Elegía Interrumpida

    Hoy recuerdo a los muertos de mi casa.
    Al primer muerto nunca lo olvidamos,
    Aunque muera de rayo, tan aprisa
    Que no alcance la cama ni los óleos.
    Oigo el bastón que duda en un peldaño,
    El cuerpo que se afianza en un suspiro,
    La puerta que se abre, el muerto que entra.
    De una puerta a morir hay poco espacio
    Y apenas queda tiempo de sentarse,
    Alzar la cara, ver la hora
    Y enterarse: las ocho y cuarto.

    Hoy recuerdo a los muertos de mi casa.
    La que murió noche tras noche
    Y era una larga despedida,
    Un tren que nunca parte, su agonía.
    Codicia de la boca
    Al hilo de un suspiro suspendida,
    Ojos que no se cierran y hacen señas
    Y vagan de la lámpara a mis ojos,
    Fija mirada que se abraza a otra,
    Ajena, que se asfixia en el abrazo
    Y al fin se escapa y ve desde la orilla
    Cómo se hunde y pierde cuerpo el alma
    Y no encuentra unos ojos a que asirse
    ¿Y me invitó a morir esa mirada?
    Quizá morimos sólo porque nadie
    Quiere morirse con nosotros, nadie
    Quiere mirarnos a los ojos.

    Hoy recuerdo a los muertos de mi casa.
    Al que se fue por unas horas
    Y nadie sabe en qué silencio entró.
    De sobremesa, cada noche,
    La pausa sin color que da al vacío
    O la frase sin fin que cuelga a medias
    Del hilo de la araña del silencio
    Abren un corredor para el que vuelve:
    Suenan sus pasos, sube, se detiene
    Y alguien entre nosotros se levanta
    Y cierra bien la puerta.
    Pero él, allá del otro lado, insiste.
    Acecha en cada hueco, en los repliegues,
    Vaga entre los bostezos, las afueras.
    Aunque cerremos puertas, él insiste.

    Hoy recuerdo a los muertos de mi casa.
    Rostros perdidos en mi frente, rostros
    Sin ojos, ojos fijos, vaciados,
    ¿Busco en ellos acaso mi secreto,
    El dios de sangre que mi sangre mueve,
    El dios de hielo, el dios que me devora?
    Su silencio es espejo de mi vida,
    En mi vida su muerte se prolonga:
    Soy el error final de sus errores.

    Hoy recuerdo a los muertos de mi casa.
    El pensamiento disipado, el acto
    Disipado, los nombres esparcidos
    (Lagunas, zonas nulas, hoyos
    Que escarba terca la memoria),
    La dispersión de los encuentros,
    El yo, su guiño abstracto, compartido
    Siempre por otro (el mismo) yo, las iras,
    El deseo y sus máscaras, la víbora
    Enterrada, las lentas erosiones,
    La espera, el miedo, el acto
    Y su reverso: en mí se obstinan,
    Piden comer el pan, la fruta, el cuerpo,
    Beber el agua que les fue negada.

    Pero no hay agua ya, todo está seco,
    No sabe el pan, la fruta amarga,
    Amor domesticado, masticado,
    En jaulas de barrotes invisibles
    Mono onanista y perra amaestrada,
    Lo que devoras te devora,
    Tu víctima también es tu verdugo.
    Montón de días muertos, arrugados
    Periódicos, y noches descorchadas
    Y en el amanecer de párpados hinchados
    El gesto con que deshacemos
    El nudo corredizo, la corbata,
    Y ya apagan las luces en la calle
    ¡Saluda al sol, araña, no seas rencorosa!
    Y más muertos que vivos entramos en la cama.

    Es un desierto circular el mundo,
    El cielo está cerrado y el infierno vacío.

    https://www.youtube.com/watch?v=C5INAjv7GaI


    Las armas del verano

    Oye la palpitación del espacio
    Son los pasos de la estación en celo
    Sobre las brasas del año

    Rumor de alas y de crótalos
    Tambores lejanos del chubasco
    Crepitación y jadeo de la tierra
    Bajo su vestidura de insectos y raíces

    La sed despierta y construye
    Sus grandes jaulas de vidrio
    Donde tu desnudez es agua encadenada
    Agua que canta y se desencadena

    Armada con las armas del verano
    Entras en mi cuarto entras en mi frente
    Y desatas el río del lenguaje
    Mírate en esas rápidas palabras

    El día se quema poco a poco
    Sobre el paisaje abolido
    Tu sombra es un país de pájaros
    Que el sol disipa con un gesto.




    Piedra Nativa

    La luz devasta las alturas
    Manadas de imperios en derrota
    El ojo retrocede cercado de reflejos

    Países vastos como el insomnio
    Pedregales de hueso

    Otoño sin confines
    Alza la sed sus invisibles surtidores
    Un último pirú predica en el desierto

    Cierra los ojos y oye cantar la luz:
    El mediodía anida en tu tímpano

    Cierra los ojos y ábrelos:
    No hay nadie ni siquiera tú mismo
    Lo que no es piedra es luz

    Como las piedras del Principio
    Como el principio de la Piedra
    Como al Principio piedra contra piedra
    Los fastos de la noche:
    El poema todavía sin rostro
    El bosque todavía sin árboles
    Los cantos todavía sin nombre

    Mas ya la luz irrumpe con pasos de leopardo
    Y la palabra se levanta ondula cae
    Y es una larga herida y un silencio sin mácula
    La alegría madura como un fruto
    El fruto madura hasta ser sol
    El sol madura hasta ser hombre
    El hombre madura hasta ser astro
    Nunca la luz se repartió en tantas luces
    Los árboles las calles las montañas
    Se despliegan en olas transparentes
    Una muchacha ríe a la entrada del día
    Es una pluma ardiendo el canto del canario
    La música muestra sus brazos desnudos
    Su espalda desnuda su pensamiento desnudo
    En el calor se afila el instante dichoso
    Agua tierra y sol son un solo cuerpo
    La hora y su campana se disuelven
    Las piedras los paisajes se evaporan
    Todos se han ido sin volver el rostro
    Los amigos las bellas a la orilla del vértigo
    Zarpan las casas la iglesia los tranvías
    El mundo emprende el vuelo
    También mi cuerpo se me escapa
    Y entre las claridades se me pierde
    El sol lo cubre todo lo ve todo
    Y en su mirada fija nos bañamos
    Y en su pupila largamente nos quemamos
    Y en los abismos de su luz caemos
    Música despeñada
    Y ardemos y no dejamos huella.

    https://www.youtube.com/watch?v=VFIDXc3uHHU

    Para quienes os quedéis con ganas de mas

    Imperdibles
    https://www.youtube.com/watch?v=6XP1HMxVKQA

    Piedra de Sol
    https://www.youtube.com/watch?v=55Un5zkVPQo

    Sus poemas en su voz
    https://www.youtube.com/watch?v=5EP49ZorB8w&list=PLNXNpP8ozZ3sFZnx-T6cZI2ld2rPaRmCl

    Espero que os guste. Hasta Mañana

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