martes, 28 de octubre de 2014

Martes con mi viejo profesor: El miedo a la vejez


Buenos días. En esta mañana de martes me siento frente al ordenador con la finalidad de acabar el proyecto de sintetizar en 4 sesiones el resumen del libro Martes con mi viejo profesor.

Como broche final de estos martes con Morrie Schwartz os propongo este fragmento en el que creo que se sintetiza bastante bien el argumento del libro.

" Aquel mismo día, más tarde, hablamos de la vejez. O quizá debería decir que hablamos del miedo a la vejez, que era otro de los puntos de mi lista de " las cosas que inquietan a mi generación". Cuando venía del aeropuerto de Boston había contado por el camino los carteles publicitarios en los que salían personas jóvenes y guapas. Había un joven guapo con sombrero de vaquero, fumándose un cigarrillo, dos jóvenes hermosas sonriendo ante un frasco de champú, una adolescente de aspecto sensual con los vaqueros desabrochados, y una mujer provocativa con un vestido de terciopelo negro junto a un hombre de smoking, sujetando sendos vasos de whisky escocés.

No había visto ni un solo personaje que pudiera aparentar más de treinta y cinco años. Dije a Morrie  que yo ya me sentía en la cuesta abajo, por mucho que intentaba desesperadamente mantenerme en la cumbre. Hacía ejercicio constantemente. Tenía cuidado con lo que comía. Me observaba las entradas del pelo en el espejo. Había pasado de estar orgulloso de decir mi edad, por todo lo que había conseguido tan joven, a no tocar el tema, por el miedo a estarme acercando demasiado a los cuarenta y, por lo tanto, al olvido profesional.

Morrie tenía una visión mejor de la vejez.
- Toda esa importancia que se da a la juventud.... yo no me la trago - dijo-. Mira, sé lo triste que puede resultar el ser joven, así que no me digan que es tan maravilloso. Todos aquellos chicos que acudían a mí con sus penalidades, sus luchas, sus sentimientos de ineptitud, su sensación de que la vida era desgraciada, que se sentían tan mal que se querían suicidar...

" Y además de todas las tristezas los jóvenes no son sabios. Tienen un entendimiento del mundo muy   limitado. ¿ Quien quiere vivir todos los días cuando no sabe lo que está pasando? ¿ Cuando la gente te manipula, te dice que si te compras  tal perfume serás guapa, o que si te compras tal par de vaqueros serás atractivo... y tú lo crees? Es absurdo.

- ¿No tuviste tú  nunca miedo a hacerte viejo? - le pregunté .
- Mitch, yo abrazo la vejez.
- ¿ Que la abrazas?
- Es muy sencillo. Cuando creces, aprendes más. Si te quedaras en los veintidós años, serías siempre tan ignorante como cuando tenías veintidós años. El envejecimiento no es sólo decadencia, ¿ sabes? Es crecimiento. Es algo más que el factor negativo de que te vas a morir, también es el factor positivo de que entiendes que te vas a morir, y de que vives por ello una vida mejor.

- Sí- dije yo-, pero si es tan valioso  envejecer, ¿ por qué dice siempre la gente: " Ay, si yo volviera a ser joven"? Nunca se oye a nadie decir: "Ojalá tuviera sesenta y cinco años".

Sonrió.
- ¿ Sabes lo que se trasluce en eso ? Vidas  insatisfechas. Vidas no realizadas. Vidas que no han encontrado sentido . Porque si has encontrado un sentido en tu vida, no quieres volverte atrás. Quieres seguir adelante. Quieres ver más, hacer más. No quieres esperar a tener sesenta y cinco años.

" Escucha. Debes saber una cosa. Todos los más jóvenes deben saber una cosa. Si estás luchando siempre contra el envejecimiento, vas a ser siempre infeliz, porque te va a llegar en todo caso.

" Y Mitch ...
Bajó la voz.
- La verdad es que tú te vas a morir al final.
Asentí con la cabeza.

- No importará lo que te digas a ti mismo.
- Ya lo sé.
- Pero espero que eso no pase hasta dentro de mucho, mucho tiempo- dijo.
Cerró los ojos con un aire de paz y me pidió que le colocase las almohadas detrás de  la cabeza. Necesitaba que le colocasen el cuerpo constantemente para estar cómodo. Estaba sujeto en el sillón con almohadas blancas, con gomaespuma amarilla y con toallas azules. A primera vista parecía que estuvieran embalado a Morrie para transportarlo.
- Gracias - Susurró mientras yo movía las almohadas.
- No hay de qué - dije yo.
- Mitch. ¿ Qué piensas?
Hice una pausa antes de responder.
- Bueno - dije-, me pregunto cómo es que envidias a las personas más jóvenes y más sanas.
- Ah, supongo que las envidio. 
Cerró los ojos.
- Las envidio porque son capaces de ir al gimnasio o de ir a nadar. O a bailar. Sobre todo lo de bailar. Pero la envidia lo invade, yo la siento, y después la suelto.
¿ Recuerdas lo que dije del desapego? Suéltalo. Decirte a ti mismo: "Esto  es envidia, y ahora voy a apartarme de ella". Y Te alejas.
Tosió, una tos larga, rasposa y se llevó a la boca un pañuelo y escupió débilmente en él. Allí sentado, yo me sentía mucho más fuerte, como si pudiera levantarlo y echármelo al hombro como un saco de harina. Mi superioridad me turbaba, pues yo no me sentía superior a él en ningún otro sentido.
- ¿ Cómo consigues no envidiar....? 
- ¿Qué?
- No envidiarme a mí.
Sonrió.
-Mitch, es imposible que los viejos no envidiemos a los jóvenes. Pero la cuestión es aceptar quién eres y gozar de ello. Éste es tu momento de tener treinta y tantos años. Yo tuve mi momento de tener treinta y tantos años, y ahora es mi momento de tener setenta y ocho.

"Tienes que encontrar lo que hay de bueno, de verdadero y de hermoso en tu vida tal como es ahora. Si miras atrás, te vuelves competitivo. Y la edad no es una cuestión de competitividad.

Suspiró y bajó los ojos, como para ver cómo se dispersaba su aliento por el aire.
- La verdad es que una parte de mí tiene todas las edades. Tengo tras años, tengo cinco años, tengo treinta y siete años, tengo cincuenta años. He pasado por todas estas edades y sé cómo son. Me encanta ser un niño cuando es adecuado ser un niño. Me encanta ser un viejo sabio cuando es adecuado ser un viejo sabio.
¡Piensa todo lo que puedo ser! Tengo todas las edades hasta la mía. ¿ Lo entiendes?.

Asentí con la cabeza.
- ¿ Cómo puedo tener envidia de que estés donde estás.... cuando yo mismo he estado allí?

Preciosa reflexión, no?. Espero que os guste y os sirva. Hasta Mañana.

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