En esta mañana de viernes quiero hablaros de alguien a quien mis amigos españoles conoceréis de sobra pero casi seguro que será un enorme descubrimiento para quienes me leen desde el hermoso continente americano.
Se trata de todo un icono en el mundo de la discapacidad en España.
Quizás os extrañe que precisamente hoy os comparta acerca de esta periodista. La verdad es que en las últimas semanas ha habido en las redes sociales una asquerosa campaña de determinados sectores de la izquierda más degradante orientadas al ataque indiscriminado a las víctimas del terrorismo.
Obviamente todos sabemos que esos patanes no representan a ninguna ideología, sino que es necesario entre todos sacar a flote tanta basura ideológica que daña nuestras sociedades.
Mi particular forma de luchar contra esto es rompiendo una lanza por personas que como la gran Irene Villa merecen los mejores honores que le sepamos dar.
Irene Villa Gonzalez nacio en Madrid el 21 de Noviembre de 1978 Hija de la funcionaria de la Direccion General de Policia Maria Jesús Gonzalez y Luis Alfonso Villa. Es una periodista española de prensa escrita y radio.A los 12 años, cuando iba al Colegio, sufrio un grave atentado terrorista, en el que perdio las piernas y tres dedos de una mano.
Hasta 2007 fue delegada en Madrid de la Asociacion de Victimas del Terrorismo.
Es licenciada en comunicación audiovisual , humanidades y psicología. En 2004 escribió un libro, "Saber que se puede", en el que plasma su experiencia y sus reflexiones. Es columnista de prensa y colabora en distintas emisoras de radio. Es comentarista del programa La Linterna de la Cadena COPE, que dirige y presenta Juan Pablo Colmenarejo. En 2012 ganó la Antena de Oro por su trabajo en la cadena de televisión 13tv.
Se ha manifestado repetidamente en contra de cualquier negociación con ETA y del proceso abierto por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.
Irene se casó el 4 de junio de 2011 y tiene dos hijos Carlos y Pablo.
Irene Villa es una esquiadora alpina paralímpica y forma parte de la Fundación También, siendo una de las ocho miembros originales. Este equipo fue el primero femenino de esquí alpino adaptado en España. Como miembro de este equipo, entrena con Teresa Silva, Esther Peris, Mariluz del Río, Sandra Cavallé, Nathalie Carpanedo y Alberto Ávila. Villa ha ganado varios oros compitiendo a nivel nacional y en 2011 se convirtió en Campeona de la Copa España en la modalidad en silla. En marzo de 2013 se convirtió en Campeona de España de eslalon y subcampeona de España en Súper Gigante y eslalon gigante.[
Hoy os quiero compartir solo alguno de los textos motivacionales que Irene Villa ha ido compartiendo en Internet y con los que uno puede aprender muchísimo.
http://www.irenevilla.org/
https://www.facebook.com/pages/IRENE-VILLA/177252659007141?fref=ts
https://www.youtube.com/watch?v=CmRsJdLyAVw
Espero que os guste. Hasta mañana
Se ha manifestado repetidamente en contra de cualquier negociación con ETA y del proceso abierto por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.
Irene se casó el 4 de junio de 2011 y tiene dos hijos Carlos y Pablo.
Irene Villa es una esquiadora alpina paralímpica y forma parte de la Fundación También, siendo una de las ocho miembros originales. Este equipo fue el primero femenino de esquí alpino adaptado en España. Como miembro de este equipo, entrena con Teresa Silva, Esther Peris, Mariluz del Río, Sandra Cavallé, Nathalie Carpanedo y Alberto Ávila. Villa ha ganado varios oros compitiendo a nivel nacional y en 2011 se convirtió en Campeona de la Copa España en la modalidad en silla. En marzo de 2013 se convirtió en Campeona de España de eslalon y subcampeona de España en Súper Gigante y eslalon gigante.[
Hoy os quiero compartir solo alguno de los textos motivacionales que Irene Villa ha ido compartiendo en Internet y con los que uno puede aprender muchísimo.
COMIENZA CON LO QUE TIENES
Tú ya tienes todo lo que necesitas para comenzar a crear tu futuro. Sin embargo a veces te encuentras diciendo: si tan solo tuviera esto…si al menos esto fuera distinto…si tuviera más dinero…
No exageres la importancia de las cosas que no tienes. Empieza con lo que tienes. No con lo que te hace falta.
No permitas que aquello que no puedes hacer, te impida hacer lo que sí puedes. La pasividad prolongada paraliza la iniciativa. Para la mente que vacil...a, todo parece imposible.
No esperes que existan circunstancias extraordinarias para hacer el bien, hazlo en las situaciones comunes. No necesitas más energías, habilidad, ni mayores oportunidades. Lo que debes hacer es sacarle provecho a lo que ya tienes.
El encanto de lo distante y lo difícil es engañoso. “La gran oportunidad se encuentra donde está”.
Lo que puedes hacer ahora es la única influencia que tienes sobre tu futuro. La grandeza verdadera consiste en demostrar excelencia en las pequeñas cosas.
La alegría nunca vendrá a quienes no saben apreciar lo que ya poseen. La mayoría de las personas cometen el error de buscar muy lejos aquello que está cerca.
Nadie logró el éxito mientras esperaba que todas las condiciones fueran ideales.
No pierdas el tiempo con dudas y temores acerca de lo que no tienes. Decídete de lleno a terminar la tarea que tienes entre manos, sabiendo que el correcto desenvolvimiento actual es la mejor preparación para tus años venideros.
Simplemente, hazlo con lo que tienes
Tú ya tienes todo lo que necesitas para comenzar a crear tu futuro. Sin embargo a veces te encuentras diciendo: si tan solo tuviera esto…si al menos esto fuera distinto…si tuviera más dinero…
No exageres la importancia de las cosas que no tienes. Empieza con lo que tienes. No con lo que te hace falta.
No permitas que aquello que no puedes hacer, te impida hacer lo que sí puedes. La pasividad prolongada paraliza la iniciativa. Para la mente que vacil...a, todo parece imposible.
No esperes que existan circunstancias extraordinarias para hacer el bien, hazlo en las situaciones comunes. No necesitas más energías, habilidad, ni mayores oportunidades. Lo que debes hacer es sacarle provecho a lo que ya tienes.
El encanto de lo distante y lo difícil es engañoso. “La gran oportunidad se encuentra donde está”.
Lo que puedes hacer ahora es la única influencia que tienes sobre tu futuro. La grandeza verdadera consiste en demostrar excelencia en las pequeñas cosas.
La alegría nunca vendrá a quienes no saben apreciar lo que ya poseen. La mayoría de las personas cometen el error de buscar muy lejos aquello que está cerca.
Nadie logró el éxito mientras esperaba que todas las condiciones fueran ideales.
No pierdas el tiempo con dudas y temores acerca de lo que no tienes. Decídete de lleno a terminar la tarea que tienes entre manos, sabiendo que el correcto desenvolvimiento actual es la mejor preparación para tus años venideros.
Simplemente, hazlo con lo que tienes
RAÍCES PROFUNDAS...
Tiempo atrás, yo era vecino de un médico cuyo hobby era plantar árboles en el enorme patio de su casa. A veces observaba, desde mi ventana, su esfuerzo por plantar árboles y más árboles, todos los días. Lo que más llamaba mi atención, entretanto, era el hecho de que él jamás regaba los brotes que plantaba. Pasé a notar, después de algún tiempo, que sus árboles estaban demorando mucho en crecer. Cierto día, resolví entonces aproximarme al médico y le pregunté si él no tenía recelo de que las plantas no crecieran, pues percibía que él nunca las regaba. Fue cuando, con un aire orgulloso, él me describió su fantástica teoría.
Me dijo que, si regase sus plantas, las raíces se acomodarían en la superficie y quedarían siempre esperando por el agua fácil, que venía de encima. Como él no las regaba, los árboles demorarían más para crecer, pero sus raíces tenderían a migrar hacia lo más profundo, en busca del agua y de los variados nutrientes encontrados en las capas más inferiores del suelo.
Así, según él, los árboles tendrían raíces profundas y serían más resistentes a la intemperie. Y agregó que él frecuentemente daba unas palmadas en sus árboles, con un diario doblado, y que hacía eso para que se mantuvieran siempre despiertas y atentas. Esa fue la única conversación que tuvimos con mi vecino.
Tiempo después fui a vivir a otro país, y nunca más volví a verlo. Varios años después, al retornar del exterior, fui a dar una mirada a mi antigua residencia. Al aproximarme, noté un bosque que no había antes. ¡¡Mi antiguo vecino, había realizado su sueño!! Lo curioso es que aquel era un día de un viento muy fuerte y helado, en que los árboles de la calle estaban arqueados, como si no estuviesen resistiendo al rigor del invierno.
Entretanto, al aproximarme al patio del médico, noté cómo estaban sólidos sus árboles: Prácticamente no se movían, resistiendo estoicamente aquel fuerte viento. Qué efecto curioso, pensé… Las adversidades por las cuales aquellos árboles habían pasado, llevando palmaditas y habiendo sido privados de agua, parecía que los había beneficiado de un modo que el confort y el tratamiento más fácil jamás lo habrían conseguido.
Todas las noches, antes de ir a acostarme, doy siempre una mirada a mis hijos. Observo atentamente sus camas y veo cómo ellos han crecido. Frecuentemente oro por ellos. En la mayoría de las veces, pido para que sus vidas sean fáciles, para que no sufran las dificultades y agresiones de éste mundo…
He pensado, entretanto, que es hora de cambiar mis ruegos. Ese cambio tiene que ver con el hecho de que es inevitable que los vientos helados y fuertes nos alcancen. Sé que ellos encontrarán innumerables dificultades y que, por tanto, mis deseos de que las dificultades no ocurran, han sido muy ingenuos.
Siempre habrá una tempestad en algún momento de nuestras vidas, porque, queramos o no, la vida no es muy fácil.
Al contrario de lo que siempre he hecho, pasaré a rezar para que mis hijos crezcan con raíces profundas, de tal forma que puedan retirar energía de las mejores fuentes, de las más divinas, que se encuentran siempre en los lugares más difíciles. Pedimos siempre tener facilidades, pero en verdad lo que necesitamos hacer es pedir para desenvolver raíces fuertes y profundas, de tal modo que cuando las tempestades lleguen y los vientos helados soplen, resistamos con firmeza, en vez de que seamos subyugados y barridos.
La naturaleza nos enseña muchas cosas si las sabemos ver.
Tiempo atrás, yo era vecino de un médico cuyo hobby era plantar árboles en el enorme patio de su casa. A veces observaba, desde mi ventana, su esfuerzo por plantar árboles y más árboles, todos los días. Lo que más llamaba mi atención, entretanto, era el hecho de que él jamás regaba los brotes que plantaba. Pasé a notar, después de algún tiempo, que sus árboles estaban demorando mucho en crecer. Cierto día, resolví entonces aproximarme al médico y le pregunté si él no tenía recelo de que las plantas no crecieran, pues percibía que él nunca las regaba. Fue cuando, con un aire orgulloso, él me describió su fantástica teoría.
Me dijo que, si regase sus plantas, las raíces se acomodarían en la superficie y quedarían siempre esperando por el agua fácil, que venía de encima. Como él no las regaba, los árboles demorarían más para crecer, pero sus raíces tenderían a migrar hacia lo más profundo, en busca del agua y de los variados nutrientes encontrados en las capas más inferiores del suelo.
Así, según él, los árboles tendrían raíces profundas y serían más resistentes a la intemperie. Y agregó que él frecuentemente daba unas palmadas en sus árboles, con un diario doblado, y que hacía eso para que se mantuvieran siempre despiertas y atentas. Esa fue la única conversación que tuvimos con mi vecino.
Tiempo después fui a vivir a otro país, y nunca más volví a verlo. Varios años después, al retornar del exterior, fui a dar una mirada a mi antigua residencia. Al aproximarme, noté un bosque que no había antes. ¡¡Mi antiguo vecino, había realizado su sueño!! Lo curioso es que aquel era un día de un viento muy fuerte y helado, en que los árboles de la calle estaban arqueados, como si no estuviesen resistiendo al rigor del invierno.
Entretanto, al aproximarme al patio del médico, noté cómo estaban sólidos sus árboles: Prácticamente no se movían, resistiendo estoicamente aquel fuerte viento. Qué efecto curioso, pensé… Las adversidades por las cuales aquellos árboles habían pasado, llevando palmaditas y habiendo sido privados de agua, parecía que los había beneficiado de un modo que el confort y el tratamiento más fácil jamás lo habrían conseguido.
Todas las noches, antes de ir a acostarme, doy siempre una mirada a mis hijos. Observo atentamente sus camas y veo cómo ellos han crecido. Frecuentemente oro por ellos. En la mayoría de las veces, pido para que sus vidas sean fáciles, para que no sufran las dificultades y agresiones de éste mundo…
He pensado, entretanto, que es hora de cambiar mis ruegos. Ese cambio tiene que ver con el hecho de que es inevitable que los vientos helados y fuertes nos alcancen. Sé que ellos encontrarán innumerables dificultades y que, por tanto, mis deseos de que las dificultades no ocurran, han sido muy ingenuos.
Siempre habrá una tempestad en algún momento de nuestras vidas, porque, queramos o no, la vida no es muy fácil.
Al contrario de lo que siempre he hecho, pasaré a rezar para que mis hijos crezcan con raíces profundas, de tal forma que puedan retirar energía de las mejores fuentes, de las más divinas, que se encuentran siempre en los lugares más difíciles. Pedimos siempre tener facilidades, pero en verdad lo que necesitamos hacer es pedir para desenvolver raíces fuertes y profundas, de tal modo que cuando las tempestades lleguen y los vientos helados soplen, resistamos con firmeza, en vez de que seamos subyugados y barridos.
La naturaleza nos enseña muchas cosas si las sabemos ver.
http://www.irenevilla.org/
https://www.facebook.com/pages/IRENE-VILLA/177252659007141?fref=ts
https://www.youtube.com/watch?v=CmRsJdLyAVw
Espero que os guste. Hasta mañana
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