domingo, 31 de mayo de 2015

Walt Whitman

 

Buenos Días.

Hoy se celebra el Día del Patrimonio Cultural. Con este motivo, es bueno hacer memoria de aquellos grandes personajes que nos dejaron un extenso legado del que tanto aprendemos a mas de un siglo de su muerte....

Este es el caso del gran Walt Whitman, de quien este 31 de mayo celebramos el aniversario de su nacimiento.

 Biografía

Walter Whitman nació el 31 de mayo de 1819 en West Hills, un pueblo de Huntington (Long Island). Fue el segundo de nueve hijos e inmediatamente fue apodado “Walt” con el fin de distinguirlo de su padre.

A los cuatro años, Whitman se muda con su familia de West Hills a Brooklyn, viviendo tal y como recordaría más tarde un tiempo de escasez cuando no de infelicidad por las dificultades económicas de la familia. Un momento destacado de su niñez fue cuando, durante una celebración en Brooklyn del 4 de julio de 1825, fue levantado en el aire y besado por el Marqués de Lafayette.

A los once años comenzó a trabajar para llevar dinero a su familia, más tarde pasó a ser aprendiz en el semanario de Long Island The Patriot, donde aprendería sobre impresión y tipografía y también allí, por primera vez, escribiría composiciones sentimentales.

Su familia se mudó nuevamente a West Hills en la primavera, pero él se quedó y tomó un trabajo en la tienda de Alden Spooner, editor del semanario The Long-Island Star.  Se convirtió en el patrón de la librería local, se unió a debates sociales sobre la ciudad, comenzó a asistir a representaciones teatrales y anónimamente publicó algunos de sus primeros poemas en el New York Mirror. A la edad de dieciséis años, en mayo de 1835, abandonó el Star y también Brooklyn. Se mudó a la ciudad de Nueva York para trabajar como tipógrafo[ aunque años más tarde no podría recordar dónde. Tuvo problemas para encontrar empleo, en parte por un grave incendio en la imprenta, y en parte por un colapso general de la economía que llevó al Pánico de 1837. En mayo de 1836 se reunió con su familia, que vivía en Hempstead (Long Island). Enseñó intermitentemente en varias escuelas hasta la primavera de 1838, a pesar de no estar satisfecho siendo maestro. Después, regresó a Huntington (Nueva York) para fundar su propio periódico, The Long Islander. Trabajó simultáneamente de editor, periodista y distribuidor, llegando incluso a repartir personalmente la publicación.

Considerado como el padre de la moderna poesía estadounidense, su influencia ha sido amplia también fuera de ese país. Entre los escritores que se han visto marcados por su obra figuran Rubén Darío, Wallace Stevens, León Felipe, D.H. Lawrence, T.S. Eliot, Fernando Pessoa, Pablo de Rokha, Federico García Lorca, Hart Crane, Jorge Luis Borges, Pablo Neruda, Ernesto Cardenal, Allen Ginsberg o John Ashbery, entre otros.

Al inicio de su carrera, también produjo una novela, Franklin Evans (1842). Su obra maestra, Hojas de hierba, fue publicada en 1855, costeada por él mismo. El libro fue una tentativa de tender los brazos hacia el ciudadano común con una épica americana. La obra fue revisada y ampliada durante el resto de su vida, siendo publicada la edición definitiva en 1892. Luego de un derrame al final de su vida, se trasladó a Camden, Nueva Jersey, donde su salud empeoró. Murió a los 72 años y su funeral se convirtió en un espectáculo público.

El poeta se refirió a temas políticos durante toda su vida. Apoyó la cláusula Wilmot y se opuso a la extensión de la esclavitud, si bien fue muy crítico con el movimiento abolicionista.[7] En 1865 escribió el famoso poema O Captain! My Captain! (¡Oh, Capitán! ¡Mi Capitán!) en homenaje a Abraham Lincoln después de su asesinato.


Os comparto hoy en esta entrada del blog una muestra de sus grandes obras empezando por unos poemas y un fragmento de su obra maestra Hojas de hierba y para acabar.... Una selección de sus frases celebres mas inspiradoras.


NO TE DETENGAS
 
No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
Tu puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores:
el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes.
Huye.
"Emito mis alaridos por los techos de este mundo",
dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente,
sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron
de nuestros "poetas muertos",
te ayudan a caminar por la vida
La sociedad de hoy somos nosotros:
Los "poetas vivos".
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas ...

Versión de: Leandro Wolfson


LO QUE SOY DESPUÉS DE TODO
 
¿Qué soy, después de todo, más que un
niño complacido con el sonido
de mi propio nombre? Lo repito una y otra
vez,
Me aparto para oírlo -y jamás me canso de
escucharlo.
También para ti tu nombre:
¿Pensaste que en tu nombre no había otra
cosa que más de dos o tres inflexiones?
Con el reflujo del océano de la vida
" (...) Mientras recorro las playas que no conozco
mientras escucho la endecha
las voces de los hombres y mujeres náufragos
mientras aspiro las brisas impalpables que me asedian
mientras el océano, tan misterioso
se aproxima a mi cada vez más
yo no soy sino un insignificante madero abandonado por la resaca
un puñado de arena y hojas muertas
y me confundo con las arenas y con los restos del naufragio.
Oh! desconcertado, frustrado, humillado hasta el polvo
oprimido por el peso de mi mismo
pues me he atrevido a abrir la boca
sabiendo ya que en medio de esa verbosidad cuyos ecos oigo
jamás he sospechado qué o quién soy
a no ser que, ante todos mis arrogantes poemas
mi yo real esté de pie, impasible, ileso, no revelado
señero, apartado, escarneciéndome con señas y reverencias burlonamente amables
con carcajadas irónicas a cada una de las palabras que he escrito
indicando en silencio estos cantos y, luego, la arena en que asiento mis pies.
Ahora sé que nada he comprendido, ni el objeto más pequeño
y qué ningún hombre puede comprenderlo.
La naturaleza está aquí a la vista del mar
aprovechándose de mí para golpearme y para herirme
porqué me he atrevido a abrir la boca para cantar.
He oído lo que decían los charlatanes sobre el principio y el fin,
Pero yo no hablo del principio y del fin.
Jamás hubo otro principio que el de ahora, ni más juventud o vejez que las de ahora,
Y nunca habrá otra perfección que la de ahora,
Ni más cielo o infierno que éstos de ahora.
Instinto, instinto, instinto.
Siempre el instinto procreando el mundo.
Surgen de la sombra los iguales, opuestos y complementarios, siempre sustancia y crecimiento, siempre sexo,
Siempre una red de identidades, siempre distinciones, siempre la vida fecundada.
De nada vale trabajar con primor; cultos e ignorantes lo saben.
Seguro como lo más seguro, enclavado con plomo en las columnas, abrazado al poste firme,
Fuerte como un caballo, afectuoso, soberbio, ecléctico,
Yo y este misterio aquí estamos frente a frente.
Limpia y tierna es mi alma, y limpio y tierno es todo lo que no es mi alma,
Si falta uno de los dos, ambos faltan, y lo visible es prueba de lo invisible,
Hasta que se vuelva invisible y haya de ser probado a su vez.
Cada época ha humillado a las otras enseñando lo mejor y desechando lo peor,
Y yo, como conozco la perfecta justeza y la eterna constancia de las cosas,
No discuto, me callo, y me voy a bañarme para admirar mi cuerpo.
Hermoso es cada uno de mis órganos y de mis atributos, y los de todo hombre bello y sano,
Ni una pulgada de mi cuerpo es despreciable, y ni una debe ser menos conocida que las otras.
Me siento satisfecho: miro, bailo, río, canto;
Cuando mi amante compañero de lecho, que ha dormido abrazado a mí toda la noche, se va con paso quedo al despuntar el alba,
Dejándome cestas cubiertas con lienzos blancos que llenan con su abundancia mi casa,
Yo las acepto con naturalidad, ¿pues habría de tasarlas hasta el último céntimo para conocer exactamente el valor de su regalo?

¿Quién anda por ahí anhelante, místico desnudo?
¿Cómo es que saco fuerzas de la carne que tomo?
¿Qué es un hombre, realmente? ¿Qué soy yo? ¿Qué vosotros?
Cuanto diga que es mío deberás apropiártelo.
De otra forma, escucharme sería perder tu tiempo.
No voy gimoteando a través de la tierra:
Que los meses se pasan, que la tierra es fangosa, miserable y muy sucia.
Gemidos y plegarias serviles son remedios para enfermos e inválidos; quede el conformarse muy lejos de mi vida,
Yo me pongo el sombrero dentro y fuera de casa.
¿Por qué tengo que orar? ¿Y adorar y andar con ceremonias?
Después de escudriñar en los estratos, de analizarlo todo, de hablar con los expertos y calcular minucias,
He llegado a saber que el sebo más sabroso va adherido a mis huesos.
Me veo en todos, ninguno es más que yo, ni es menos un grano de cebada.
Sé que soy fuerte y sano,
Todo marcha hacia mí, constantemente,
Todo me escribe y debo descifrar lo que me dice.
Sé que soy inmortal.
Sé que mi órbita no podrá ser descrita con compás de artesano,
Que no me perderé como se apaga la espiral que en la sombra traza un niño con fuego de un carbón encendido.
Sé que soy venerable,
Y no fuerzo a mi espíritu a que explique o defienda,
Pues las leyes más fijas nunca piden disculpas
(Después de todo no soy más orgulloso que el cimiento que sustenta mi casa),
Existo como soy, con eso basta,
Y si nadie lo sabe me doy por satisfecho,
Lo mismo que si todos y uno a uno lo saben,
Hay un mundo al que tengo por el mayor de todos, que soy yo y que lo sabe,
Si llego a mi destino, ya sea hoy ya sea dentro de millones de años,
Puedo aceptarlo ahora o seguir aguardando, con igual alegría.
La base donde apoyo mis pies es de granito,
Me río cuando dicen que puede disolverse,
Porque conozco lo que dura el tiempo.


Cosmos
 
" Quién contiene a la diversidad y es la Naturaleza
quién es la amplitud de la tierra y la rudeza y sexualidad de la tierra
y la gran caridad de la tierra, y también el equilibrio
quién no ha dirigido en vano su mirada por las ventanas de los ojos
o cuyo cerebro no ha dado en vano audiencia a sus mensajeros
quién contiene a los creyentes y a los incrédulos
quién es el amante más majestuoso
quién, hombre o mujer, posee debidamente su trinidad de realismo
de espiritualidad y de lo estético o intelectual
quién después de haber considerado su cuerpo
encuentra que todos sus órganos y sus partes son buenos
quién, hombre o mujer, con la teoría de la tierra y de su cuerpo
comprende por sutiles analogías todas las otras teorías
la teoría de una ciudad, de un poema
y de la vasta política de los Estados
quién cree no sólo en nuestro globo con su sol y su luna
sino en los otros globos con sus soles y sus lunas
quién hombre o mujer, al construir su casa
no para un día sino para la eternidad
ve a las razas, épocas, efemérides, generaciones.
El pasado, el futuro, morar allí, como el espacio
indisolublemente juntos. "
 

Hojas de hierba (fragmento)

"Creo que una brizna de hierba no es inferior a la jornada de los astros
y que la hormiga no es menos perfecta ni lo es un grano de arena...
y que el escuerzo es una obra de arte para los gustos más exigentes...
y que la articulación más pequeña de mi mano es un escarnio para todas las máquinas.
Quédate conmigo este día y esta noche y poseerás el origen de todos los poemas.
Creo en ti alma mía, el otro que soy no debe humillarse ante ti
ni tú debes humillarte ante el otro.
Retoza conmigo sobre la hierba, quita el freno de tu garganta.
(...)
Creo que podría retornar y vivir con los animales, son tan plácidos y autónomos.
Me detengo y los observo largamente.
Ellos no se impacientan, ni se lamentan de su situación.
No lloran sus pecados en la oscuridad del cuarto.
No me fastidian con sus discusiones sobre sus deberes hacia Dios.
Ninguno está descontento. Ninguno padece la manía de poseer objetos.
Ninguno se arrodilla ante otro ni ante los antepasados que vivieron hace milenios.
Ninguno es respetable o desdichado en toda la faz de la tierra.
Así me muestran su relación conmigo y yo la acepto.
(...)
No pregunto quién eres, eso carece de importancia para mí.
No puedes hacer ni ser más que aquello que yo te inculco. "

Y tú, mar... También a ti me entrego. Adivino lo que quieres decirme,
Desde la playa veo tus dedos que me invitan,
Y pienso que no quieres marcharte sin haberme besado.
Debemos estar un rato juntos: me desnudo y me llevas muy lejos de la costa,
Arrúllame y durmiendo al vaivén de tus olas,
Salpícame de espuma enamorada, que yo sabré pagarte.
Mar violento, tenaz y embravecido,
Mar de respiros profundos y revueltos,
Mar de la sal de la vida, de sepulcros dispuestos aunque no estén cavados,
Rugiente mar que, a capricho, generas tempestades o calmas,
También soy como tú: con uno y muchos rostros
Partícipe del flujo y del reflujo, cantor soy de los odios y de la dulce paz,
Cantor de los amantes que duermen abrazados
También doy testimonio del amor a mis prójimos:
¿Haré sólo inventario de todos mis objetos olvidando la casa que los tiene y cobija?
No soy sólo el poeta de la bondad, acepto también serlo de lo inicuo y lo malvado,
¿Qué son esos discursos que nos cuentan de vicios y virtudes?
El mal me sugestiona, y lo mismo la reforma del mal, mas sigo imperturbable.
¿Soy un inquisidor, un hombre que desprecia cuanto encuentra a su paso?
No soy más que aquel hombre que riega las raíces de todo lo que crece.
¿Te temes que la terca preñez sólo engendre tumores?
¿Pensabas que las leyes que rigen a los astros admiten ser cambiadas?
Encuentro el equilibrio en un lado lo mismo que en su opuesto.
Las doctrinas flexibles nos ayudan lo mismo que ayudan las más firmes,
Las ideas y acciones del presente nos despiertan y mueven,
Ningún tiempo es más bueno para mí que este ahora que me viene a lo largo de millones de siglos.
No hay nada de asombroso en las acciones buenas de antes o de ahora,
Lo asombroso es que siempre existan los malvados o los hombres sin fe.
Se borran el pasado y el presente, pues ya los he colmado y vaciado,
Ahora me dispongo a cumplir mi papel en el futuro.
Tú, que me escuchas allá arriba: ¿Qué tienes que decirme?
Mírame de frente mientras siento el olor de la tarde,
(Háblame con franqueza, no te oyen y sólo estaré contigo unos momentos.)
¿Que yo me contradigo?
Pues sí, me contradigo. Y, ¿qué?
(Yo soy inmenso, contengo multitudes.)
Me dirijo a quienes tengo cerca y aguardo en el umbral:
¿Quién ha acabado su trabajo del día? ¿Quién terminó su cena?
¿Quién desea venirse a caminar conmigo?
Os vais a hablar después que me haya ido, cuando ya sea muy tarde para todo?
Ya he dicho que el alma no vale más que el cuerpo,
Y he dicho que el cuerpo no vale más que el alma,
Y que nada, ni Dios, es más grande para uno que uno mismo,
Que aquel que camina sin amor una legua siquiera, camina amortajado hacia su propio funeral,
Que tú o yo, sin tener un centavo, podemos adquirir lo mejor de este mundo,
Que el mirar de unos ojos o el guisante en su vaina confunden el saber que los tiempos alcanzan,
Que no hay oficio ni profesión tan bajos que el joven que los siga no pueda ser un héroe,
Que el objeto más frágil puede servir de eje a todo el universo,
Y digo al hombre o mujer que me escucha:
"Que se eleve tu alma tranquila y sosegada ante un millón de mundos."
Y digo a la humanidad: "No te inquietes por Dios,
Porque yo, que todo lo interrogo, no dirijo mis preguntas a Dios,
(No hay palabras capaces de expresar mi postura tranquila ante Dios y la muerte.)
Escucho y veo a Dios en cada cosa, pero no le comprendo,
Ni entiendo que haya nada en el mundo que supere a mi yo.
¿Por qué he de desear ver a Dios mejor de lo que ahora le veo?
Veo algo de Dios cada una de las horas del día, y cada minuto que contiene esas horas,
En el rostro de los hombres y mujeres, en mi rostro que refleja el espejo, veo a Dios,
Encuentro cartas de Dios por las calles, todas ellas firmadas con su nombre,
Y las dejo en su sitio, pues sé que donde vaya
Llegarán otras cartas con igual prontitud.


                Frases de Walt Whitman

A mi juicio, el mejor gobierno es el que deja a la gente en paz.
Frases de Gobierno
 
Ahora conozco el secreto de hacer la mejor persona: crecer bajo el aire abierto y comer y dormir con la tierra.
Frases de Hacer
Lo que satisface el alma es la verdad.
Frases de Verdad

Si llego a mi destino ahora mismo, lo aceptaré con alegría, y si no llego hasta que transcurran diez millones de años, esperaré alegremente también.
Frases de Ahora

La vida es lo poco que nos sobra de la muerte.
Frases de Vida

Me celebro y me canto.
Frases de Canto

Para mí, cada hora del día y la noche, es un indescriptible y perfecto milagro.
Frases de Milagro
 
Si algo es sagrado, ése es el cuerpo humano.
Frases de Cuerpo humano
 
Lo más común, vulgar, próximo y simple, eso soy yo.
Frases de Simple
 
Mira tan lejos como puedas, hay espacio ilimitado allá, cuenta tantas horas como puedas, hay tiempo ilimitado antes y después.
Frases de Espacio

Cíñete a mí, noche del seno desnudo; cíñete a mí, ¡noche ardiente y nutricia!
Frases de Ardiente
 
Creo en la carne y en los apetitos, ver, oír, tocar... ¡Cuántos milagros! Y cada parte de mi ser es un milagro.
Frases de Milagro
 
He aprendido que estar con aquello que me gusta es suficiente.
Frases de Alegría
 
No desfallezcas si no me encuentras pronto. Si no estoy en un lugar, búscame en otro. En algún lugar te estaré esperando.
Frases de Esperar

Estábamos juntos, el después lo he olvidado.
Frases de Juntos
 
Cuando doy, doy a mi mismo.
Frases de Dar
Espero que lo disfrutéis. Hasta Mañana

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