miércoles, 5 de marzo de 2014
Proyectos
Buenos Días.
Hoy puede parecer un día cualquiera, pero de nosotros depende que no lo sea.
Os propongo este miércoles día 5 de marzo como el día internacional del cambio. Basándonos en el lema de Obama " Yes, we can" ( Sí, podemos).
Cuando miro a mi alrededor veo a tanta gente viviendo la vida de otros y (lo que es peor) a tanta gente dejando a los demás vivir su vida que de verdad me dan ganas de llorar.
Me refiero con esta reflexión a que somos una masa uniforme bailando al ritmo que nos marcan como si la vida fuera una mera coreografía de la canción del verano.
¿ Qué pensáis que podemos hacer cuando esa canción se acabe? ¿ Qué haríais si se apagara ese altavoz?
Hoy os propongo empezar un interesante camino. El camino de hacer ( como decía Machado ) nuestro propio camino tomando de una vez por todas las riendas de nuestra vida y cabalgar en la dirección que siempre quisimos ir.
Para empezar a trazar ese camino hacia la independencia y la libertad os comparto estos artículos acerca de la felicidad que pueden ser de utilidad para la reflexión de hoy.
La alegría para realizar tu proyecto
Para ser feliz se necesita, de entrada, una actitud mental positiva. Es una condición previa. Después, es menester dar un sentido a la vida, lo que significa tres cosas: dirección, contenido y, por último, coherencia interior. La ingeniería de la felicidad es una labor de orfebrería: tallar, pulir, limar... hasta dar con el mejor perfil de la propia existencia.
La felicidad es un resultado; es la consecuencia de lo que hemos ido haciendo con el paso de los días. Por eso, la felicidad no la encontramos al final de nuestra trayectoria sino en medio y a lo largo del camino. Una vida así, planificada, desprende gozo, optimismo, alegría interior. Merece la pena ser vivida. Estoy convencido de que lo que uno se propone lo consigue si los objetivos son claros, concretos, bien perfilados.
La alegría se presenta como consecuencia de haber logrado algo tras un esfuerzo y lucha personal. La alegría está por encima del placer y por debajo de la felicidad. El placer tiene un tono fugaz, transitorio, huidizo; es importante y nos abre una ventana de aire fresco.
Pero la alegría tiene un tono más maduro y duradero.
A otro nivel, en otra galaxia, nos encontramos con la felicidad: suma y compendio de la vida auténtica y de ver el proyecto personal a flote, en donde el amor, el trabajo y la cultura han ido dando lo mejor de sí mismos. Educar en la felicidad es transmitir esa alegría para vivir y la capacidad de luchar para sobrevivir.
ENRIQUE ROJAS
El secreto de las personas felices
Hace unos años, los investigadores de una prestigiosa universidad americana desparramaron por el mundo una encuesta en la que pedían a la gente que listasen diez - solo diez - cosas imprescindibles para alcanzar la felicidad.
El resultado fue sorprendente por lo unánime. La humanidad entera, con independencia de razas y religiones, anhela lo mismo: amor, paz, seguridad, familia, salud, cultura, libertad, suficiencia económica, alimento y una buena relación con la naturaleza. Nada de esto puede atraparse con las manos, pero - y ahora viene lo mejor - a todos los humanos, absolutamente a todos, se nos ha dado un pellizco de cada una de esas cosas.
En valorarlo consiste el truco del tipo feliz. El problema surge cuando, en lugar de reconocer y desear lo que tenemos, nos centramos en lo que nos falta. Dejamos entonces de sentirnos ricos y nos convertimos en mendigos.
Así es como el amor se nos agosta poco a poco; la relación con padres o hermanos se enfría; dejamos que la cultura muera a manos de la televisión o la pereza... Cuando no logramos sentirnos afortunados por lo bueno que nos circunda, nos volvemos analfabetos en el agradecer. Así algunos no encuentran mas salida que la de fantasear con deseos que quizás no se materialicen nunca; llaman a este estado felicidad, sin darse cuenta de que la verdadera felicidad no se sueña sino que se vive.
ALEJANDRA VALLEJO- NÁJERA
Fluir con el momento presente
¿ Qué es vivir plenamente, vivir completamente implicado en el momento? Al estudiar el proceso creativo en los años sesenta, me impresionó que, cuando un pintor estaba inmerso en su obra y ésta progresaba satisfactoriamente, el artista persistía en ella con firme determinación, sin importarle el hambre, el cansancio ni la incomodidad, y que, sin embargo, apenas finalizada la obra, perdía rápidamente interés en ella. Es lo que llamé estado de flujo. Cuando una persona fluye, se concentra intensamente en lo que está haciendo, hay una fusión de acción y conciencia; sensación de tener las propias acciones bajo control; distorsión de la experiencia temporal ( lo típico es que parezca que el tiempo trascurre más rápido); se siente que la actividad recompensa en sí misma, al punto de que muchas veces el fin interno es la excusa para vivir el proceso.
La investigación y la teoría del flujo surgieron del deseo de comprender este fenómeno. Me preguntaba: ¿ Es la suma del flujo lo mismo que una vida buena y feliz? ¿ O sólo lo es en ciertas condiciones, es decir, si la persona desarrolla una personalidad determinada y aprende a disfrutar de grandes desafíos?. Veinticinco años más tarde, he recopilado datos sobre el fluir en estudios detallados de arte y ciencia, deporte, redacción literaria y una gran variedad de actividades. Hallamos la misma experiencia indistintamente de la cultura, de la clase social, del género y de la edad, así como en todo tipo de actividad. Pero aunque la capacidad para vivir el flujo es casi universal, he detectado diferencias individuales en la calidad de la experiencia y en la facilidad del individuo para experimentarla.
Desde el primer momento, pensé en la posibilidad de una personalidad que favoreciera el estado de flujo; es lo que llamé personalidad autotélica; y, con los años, las investigaciones sobre el tema lo han confirmado. Se trata de una persona que tiende más a gozar de la vida o a hacer en general cosas más para sí misma que para lograr una meta exterior. Este tipo de personalidad manifiesta curiosidad general e interés en la vida, persistencia y escaso egocentrismo, lo que deriva en la capacidad para sentirse motivado por recompensas intrínsecas.
Si cada uno de nosotros desarrolla estas capacidades en su vida cotidiana - y algunas novedosas experiencias de terapia individual y también educativas demuestran que es posible -, sabremos dotar a la propia vida de metas claras y desafíos asumibles. El fin no es fomentar directamente el estado de flujo sino más bien ayudar a las personas a identificar actividades que les producen satisfacción y aprender a concentrar la atención en ellas. Es decir, a disfrutar de la felicidad del presente.
MISHALY CSIKSZENTMIHALYI
Artículos extraídos de la revista Mente Sana N. 13
Espero que lo disfrutéis. Hasta mañana.
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