miércoles, 19 de febrero de 2014

Vida Material


Buenos días.

De acuerdo con lo que ayer os contaba acerca de la crisis y la carencia, hoy os comparto este ejercicio psicológico que nos puede ayudar a desprendernos de esas cosas materiales que en la mayoría de los casos no son más que una traba para nuestra verdadera felicidad.

Para ello recurro a la enorme sabiduría de Demián, hijo del gran terapeuta argentino Jorge Bucay.


Simplificar la vida material

A continuación, te proponemos un ejercicio para que empieces a simplificar tu vida de manera ordenada, según tus verdaderas prioridades. Coge un lápiz y una hoja de papel. Siéntate cómodamente en el lugar de tu casa que mas te apetezca. No se trata de hacerlo bien o mal, sino de una práctica de autoexploración. No hay respuestas correctas o incorrectas

1. Haz una lista de tus posesiones.

Para comenzar, haz un recorrido mental por algunas de tus posesiones materiales. Puede ser una casa, un coche, una colección de discos compactos, un puesto de trabajo, una suma de dinero en el banco, los libros de tu biblioteca, una joya heredada, una posición de poder.... Escribe ahora una selección de las diez posesiones mas preciadas entre las que has pensado. No es necesario que las ordenes. Recuerda que son las diez cosas más valiosas para ti, no importa si su valor monetario es pequeño o inmenso, no importa que no resulten valiosas para los demás. Céntrate solamente en ti.

2. Despréndete de la mitad.

Imagina ahora que debes renunciar a cinco de estas posesiones. Puedes ir tachando, una a una, aquellas a las que podrías renunciar o escoger las que querrías seguir teniendo, pero finalmente debes quedarte con cinco posesiones más preciadas. Has debido renunciar a algunas cosas muy atractivas, pero lo esencial para tu vida sigue estando ahí, ¿ No es cierto?

3. La decisión difícil.

Es hora de continuar. Imagina que se da una situación tal que para conservar tres de estas cinco cosas debes renunciar a las otras dos. ¿ Cuales conservarías ? Tacha las dos que perderías para no perder las tres más importantes. Esta renuncia es difícil, pero apóyate en la idea de que para disfrutar de las que has escogido, debes decir " No" a otras tantas.

4. Conserva sólo dos cosas

Imagina ahora que, de esas tres cosas, un cambio radical, una especie de crisis o catástrofe repentina, hace que debas dejar atrás una de ellas. Tacha también esta posesión. Te quedan sólo las dos mas preciosas, dos cosas que tienen para ti un valor incalculable, que va seguramente  mucho mas allá de lo económico.

5. La Renuncia por el otro.

Pero alguien, la persona que más amas en el mundo, necesita que renuncies a una de estas cosas. Le es imperioso . Esa persona también te ama y querría ahorrarte este mal trago, pero no puede. Así que debes quedarte con una sola posesión. Una sola. La más valiosa. ¿ Sabes ya cuál será? Muy bien. Escribe esta posesión y haz un recuadro alrededor de ella. Es la posesión mas preciada.

6. La vida sin lo que mas aprecias.

Una vez que hayas llegado hasta aquí, tómate un respiro y luego comienza a imaginar cómo sería tu vida si te faltase únicamente aquello que has escrito en el recuadro. Tienes todo lo demás, pero lo más preciado lo has perdido ya. ¿Cómo vivirías si no tuvieras esa última posesión, la mejor valorada? Escribe unas cuantas líneas describiendo sin ello. Cuando hayas terminado de escribir, continúa leyendo, el ejercicio no ha acabado aún.

7. El orgullo de ser y no de tener.

Si has podido describir una vida sin aquellas cosa - aunque te hayas imaginado menos feliz-, hay que concluir que esa posesión no es indispensable para ti, que por más importante que sea, podrás vivir sin ello.  Y, tal vez, hasta hayas podido descubrir algún beneficio en no tenerla.... Piensa que si te es posible vivir sin esta cosa, la más preciada de todas tus posesiones, cuánto más fácil no será hacerlo sin alguna de las otras. Si comprendemos que las cosas pueden ser muy convenientes para nuestra vida, pero no indispensables, habremos dado un gran paso para dejar atrás la obsesión de tener y dirigirnos hacia el sano orgullo del ser.


Demian Bucay
Medico  y terapeuta gestáltico

Espero que os sirva. Hasta mañana

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