miércoles, 29 de enero de 2014

Los Cambios

Buenos Días.
En este rinconcito a la reflexión que hacemos los miércoles quiero proponeros reflexionar acerca de algo que a todos nos angustia... Los Cambios.

Se trata de algo tan inevitable como necesario en nuestras vidas por lo que mejor que intentar luchar contra ellos sería mucho mas práctico hacer frente a ellos y asumirlos como una parte inevitable en nuestra vida. Si somos capaces de entender que los cambios son los que nos permiten evolucionar los querremos.

Os comparto un artículo de interés en este sentido.

ABRAZAR LOS CAMBIOS

Pierde el miedo al cambio

El cambio es parte de la vida. De hecho, es lo que hace que algo esté vivo . Por eso, no temas al cambio, anímate a preguntarte: " ¿Qué hay de nuevo?" El miedo al cambio proviene en muchas ocasiones de la sensación de que si las cosas cambian, todo lo que sabemos no nos servirá. No dudes de tu capacidad de aprender de las situaciones.

Define los motivos

Las circunstancias que pueden conducirnos a desear un cambio son muchas. Incluso aquellas que en alguna época parecían adecuadas pueden dejar de serlo y llevarnos a buscar un cambio en la situación. Cuando sientas que algo debe cambiar, intenta preguntarte cuál es la necesidad que no está siendo satisfecha en la situación actual. Conocer la motivación profunda te ayudará a orientar y definir mejor el cambio.

Practica la renuncia

No es posible afrontar ningún cambio si no te atreves a perder algo. No dejes que la inseguridad te haga creer que no soportarás perder nada, que frente al primer dolor te desmoronarás y no serás capaz de afrontarlo. No es cierto. Todos tenemos la capacidad de soportar las pérdidas. Pueden causarnos mucho dolor pero no nos destruyen.

No quieras tenerlo todo

Por otro lado, evita que la omnipotencia te haga creer que podrías moverte hacia delante sin dejar algo en el camino. Siempre que elegimos algo renunciamos a otras cosas; si queremos tenerlo todo sin dejar nada atrás nos estancaremos y no podremos cambiar.

No lamentes lo perdido.

Una vez que has tomado una decisión y que eso ha producido un cambio, no creas que el hecho de sentir dolor o añoranza significa que tu decisión ha sido equivocada. Ese pensamiento solamente te conducirá al frustrante deseo de volver atrás, a aquella situación que quisiste cambiar.

Evita comparar situaciones

Resiste la tentación de comparar la situación actual con la previa al cambio. Ése no es más que un ejercicio para el ego: Podrás alegrarte o entristecerte, pero no será una actitud constructiva. Las preguntas que te ayudarán a crecer se refieren a cómo te encuentras en la nueva situación, no al pasado: ¿Cuáles de tus recursos siguen siéndote útiles? ¿ Cuáles deberías estrenar? ¿Quién puede brindarte experiencia en lo que para ti es algo nuevo?

Observa los cambios

Dedica un tiempo de cuando en cuando a tomar conciencia de los cambios en pendiente - los que avanzan poco a poco- que te hayan ocurrido en los últimos tiempos ( en ti, en tu pareja, en tu hogar, en tu ciudad,...) De esta manera, te será más fácil adaptarte a ellos y no te sorprenderás un día perdido y sin poder reconocer dónde te encuentras.

La capacidad de adaptación.

Los cambios en escalón - los repentinos- a veces son imprescindibles. No gastes energía en " estar preparado para cualquier cosa". Más bien trabaja sobre tu capacidad de adaptación al cambio. La tranquilidad no proviene de saber qué es lo que vendrá sino de saber que, venga lo que venga, podrás afrontarlo.

Descubre tu nuevo yo

Cuando atraviesas cambios importantes, tú también te vuelves otro. Es posible que frente a determinadas circunstancias reacciones de una forma que te resulte en un principio extraña, y que te fuerces a comportarte como si lo hubieras hecho antes. Date un tiempo para redescubrirte, puede ser una experiencia muy enriquecedora.

Celebra lo nuevo.

En todo cambio, sea deseado o no, sea previsible o abrupto, algo muere. Y también algo nace. Por eso, haz el duelo que necesites y entristécete por lo que muere, pero no olvides celebrar lo que nace.

                          Demián Bucay
                Médico y Terapeuta Gestáltico   

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